miércoles, 11 de septiembre de 2013

Siempre se puede elegir



La economía está basada en la necesidad de elegir. En esencia, se trata de satisfacer "unas necesidades que son ilimitadas con unos bienes y servicios que son limitados" (ver la entrada "algunas definiciones de economía" - en elaboración). Un tema relacionado y que siempre me ha interesado es el de la motivación. ¿Porqué hacemos las cosas? ¿Qué determina nuestro comportamiento? 

Es verdad que estamos determinados, en gran medida, por nuestros condicionamientos. Las personas que creen que no pueden elegir, sino que nuestro comportamiento está prefijado por estos condicionamientos, podemos denominarlos deterministas (o, quizás, ¿fatalistas?) Estos esquemas de comportamiento se basan en los experimentos de Paulov, basados en la teoría del estímulo-respuesta.


En realidad, y siguiendo a Covey en su obra "Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva", podemos hablar de tres tipos de determinismo diferentes:

1.- Determinismo genético (o la "culpa es de los abuelos") Esta puede ser la razón de que una persona sea, por ejemplo, un poco impaciente. Seguramente sus abuelos lo eran y se encuentra incrustado en su ADN. Además, puede que sea danés, y ¿todos los daneses son impacientes? ¿o no? 


2.- Determinismo psíquico (o la "culpa es de los padres") Nuestra educación, las experiencias infantiles, etc establecieron lo más esencial de nuestras tendencias. Por ejemplo, igual a una persona no le gusta estar entre multitudes. Así es como lo educaron sus padres y así es como se comporta ahora como adulto (¿o no?)

3.- Determinismo ambiental ("la culpa es de mi jefe, o de mi mujer, o de sus amigos adolescentes, o de la tele..."  En definitiva, de los demás) Algún elemento del ambiente es el responsable de la situación. Sea como sea, en estos tres casos es fácil encontrar "culpables" cuando las cosas no nos van bien. Creer en el determinismo dificulta mucho afrontar los problemas, porqué siempre es posible culpabilizar a alguien de nuestra situación:

- "El bachillerato es muy difícil, no es que yo no me haya planificado"
- "Este compañero de trabajo siempre me está provocando y yo, por supuesto, no tengo nada que ver"
- "He cortado con mi pareja porqué no me entiende..." 


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Lo que quiero recalcar aquí es que creer en el determinismo es caer en el conformismo y la apatía (
"Las cosas son así y no se pueden cambiar" o su versión mas optimista "vivimos en el mejor de los mundos posibles") Tiempo tendremos de hablar de todo ello. Pero quiero recalcar que es el conformismo y la apatía la que nos lleva a la resignación. Si realmente, como creemos muchos, vamos hacia el colapso del sistema, deberíamos salirnos de este bucle para poder afrontar lo que nos pueda deparar el futuro. Un futuro que podemos vislumbrar como muy complicado, pero que, desde luego, no está escrito.

Vanos a analizarlo a nivel individual (también nos valdrá a nivel colectivo) Fijémonos en alguien a quien admiremos: ¿Creen en el determinismo?, ¿Son fatalistas y piensan que no pueden cambiar?, ¿Cuándo han tenido una dificultad se limitan a echarles las culpas a otro y a sus circunstancias?... Supongo que tenemos claro que no es así.

Estas personas suelen reflexionar, analizar su comportamiento e intentan aprender y cambiar aquello que no les gusta. Pero, ¿Por qué nos cuesta tanto hacer esta reflexión? ¿Por qué lo que hacemos muchas veces es echar las "pelotas fuera"? Supongo que es la opción más fácil. Reflexionar es muy cansado y, además, ataca nuestro "ego". Y eso es lo que, en muchas ocasiones, nos mantiene estancados y rendirnos incluso antes de comenzar (el "terrible efecto Pigmalion". Este efecto lo volveremos a tratar en nuevas ocasiones)

Pygmalion y Galatea de Angelo Bronzino. Fuente: wikipedia


Los estudios de Paulov y de otros basados en el esquema estímulo respuesta se centran, en muchos casos, en experimentos hechos con animales (o incluso con personas) a los que de alguna manera se les ha provocado una neurosis o una psicosis. Veamos el siguiente vídeo sobre la "indefensión aprendida":


Interesante, ¿no?. En estos experimentos se les asigna a los sujetos una "etiqueta". Un comportamiento que esperamos los demás de él. Pero, ¿los "condicionamientos" pueden explicarlo todo? Creo que apostar por el determinismo es la solución más fácil porque no implica esfuerzo pero no es la que nos hará completos como seres humanos ni nos permitirá buscar una salida colectiva a la crisis actual. La herramienta más valiosa que nos aporta la consciencia es la reflexión y el análisis de nuestras circunstancias. Es lo que nos diferencia del comportamiento de los animales. Es importante romper la cadena estímulo-respuesta y recordar, como señala Covey, que
"entre el estimulo y la respuesta está nuestra mayor fuerza: La libertad de escoger"

Esto supone esfuerzo. pero también es lo que nos hará sentirnos bien con nosotros mismos cuando miremos atrás. Cuando elegimos unos objetivos y nos esforzamos en conseguirlos, avanzamos y llenamos nuestra vida como no lo hará nunca el hacer las cosas sin reflexionar. Seguramente, es lo que a nivel colectivo nos permita superar los difíciles momentos que se avecinan.

Somos protagonistas de nuestros destino particular, y también, en estos momentos tan difíciles que se avecinan, de nuestro destino colectivo. Pero, para ello DEBEMOS CREÉRNOSLO.


Las circunstancias serán las que sean pero...

siempre podemos elegir.



PD: Dedicado a David Barriada que, a raíz de una conversación por internet, me recordó esta interesante obra de Stephen Covey. Por cierto, David tiene un blog muy interesante. Os recomiendo su lectura.





2 comentarios:

No creo en el determinismo, aunque sí considero que la capacidad de elegir es limitada. La genética está de moda pero poco sabemos de ella, el concepto de enfermedad me resbala, la voluntad necesita motivación, etc. Se puede cambiar un comportamiento pero no la personalidad.Considerarse protagonista de nuestro destino colectivo se aguanta un tiempo pero las derrotas te llevan a la culpabilidad (debido a la educación recibida) Ni héroes ni mitos. Y la indefensión aprendida es un mecanismo de defensa, no un handicap.

Quizas nuestra capacidad de elegir no sea tan limitada como pensamos... quizas "nos limitan" cuando nos etiquetan...

Y, sobretodo, nos limitamos siempre que "nos damos por vencidos".

Gracias por tu comentario, Carme.

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